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¿Los niños siempre dicen la verdad?

¿Cuántas veces te has abochornado porque tu hijo ha dicho algo que no debía? No se trata de que lo haya hecho intencionalmente, sino que simplemente su ingenuidad, espontaneidad e inocencia los hacen expresarse y decir las cosas tal cual las perciben.

Hay un refrán popular que dice que los niños siempre dicen la verdad, y es así, desde que nacemos tenemos la tendencia a lo bueno, lo noble y lo puro y en la medida que vamos creciendo esas cosas se van perdiendo y cambia al comportamiento más diplomático.

Las mentiras condicionadas por los padres

Hay ocasiones en las que papá o mamá no quieren recibir una visita y están con el niño en casa, entonces viene la frase que a muchos seguramente les ha pasado: “dile que no estoy” y el niño sale y le dice al visitante: “dice mi papá (o mi mamá) que no está”.

¿El niño dijo mentiras? No. Papá o mamá lo enviaron a decir una mentira. La pregunta es: ¿qué tan bueno puede ser esto para su formación? Hay un punto importante y es el tema de lo que es la prudencia y lo “políticamente correcto”.

Enseñando a los niños a ser prudentes

Si es cierto que los niños tienen una frescura y naturalidad propias de su inocencia, hay muchas cosas que viniendo de ellos pueden ser muy graciosas y a todos causarles risa, como que por ejemplo digan que alguien está muy gordo o que delaten a alguna persona que está mintiendo.

Pero este tipo de cosas al venir de un adulto ya no se tornan graciosas y pueden herir la susceptibilidad de quien la escucha y ocasionar serios inconvenientes que harían al niño ganar enemistades cuando sea mayor, por eso es bueno enseñarles a ser prudentes y a pensar lo que dicen antes de soltar lo primero que se les pase por la mente.

¿Puede suceder lo contrario? ¿Los niños también mienten?

Sí, es posible que suceda. Pero esta mentira en los niños no es un comportamiento natural sino más bien condicionado. Si al estar conversando con tu hij@ notas que dice alguna mentira debes analizar de dónde proviene: es muy creativ@ y está confundiendo la realidad con la fantasía, tiene miedo de decepcionarte o de que lo regañes, ha estado observando esta conducta en los mayores y cree que es lo normal.

Desde que el niño cumple los 4 años ya comienza a desarrollar la empatía y es en esta etapa cuando se les puede comenzar a enseñar, mediante juegos y otras actividades lúdicas para niños pequeños de las que te hemos hablado anteriormente, como decir de forma correcta lo que están pensando, para que no hieran los sentimientos de otras personas.

 ¿Qué hacer cómo padre/madre ante ambas situaciones?

Las situaciones son: el exceso de sinceridad o la mentira condicionada. Ante la sinceridad no debes hacer nada más que guiar cuando veas que lo hace de forma realmente bochornosa. Pedirle que evite revelar cosas privadas en público o que piense mejor lo que va a decir antes de hablar y hacerle ver el por qué, y no solo que lo vea como una obligación.

En el caso de la mentira recuerda que la mejor forma de educar es con el ejemplo, así que debes reforzar los valores de la honestidad y la sinceridad mediante tu propio ejemplo. Si hay situaciones en las que lo haga por temor, entonces habla con el/la y explícale que no será castigado y no debe temer, pero que es mejor que diga la verdad.

Esto lo debes sostener a lo largo de su vida y formarás personas responsables, honestas y con altos valores morales y lo mejor de todo, las etapas difíciles de la educación como la adolescencia y la juventud serán más llevaderas porque lograrás desarrollar la confianza para que te puedan contar sus problemas, actividades y todo lo que deseen.

¿Tú qué opinas de este tema? ¿Has pasado por una situación bochornosa gracias a “las verdades de tu hijo”? ¡Cuéntanos!

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